Crónica de Santiago de Compostela

Patricia Oyarzun Pinto

En la mañana del jueves 12 de Agosto, 2004 cogimos el coche y enfilamos la carretera de Galicia, éramos cuatro: Sor Janet S. Wintermute del Priorato de los Estados Unidos, Fr. Leslie J. Payne, Prior de Inglaterra y Gales, Fr. Fernando de Toro-Garland, Maestre de la Orden y yo. Era un día magnífico, soleado pero con una temperatura fresca y muy agradable, la carretera estaba con un tráfico normal, sin la acumulación de tráfico que se originaría al día siguiente Viernes, pues ese sería un fin de semana largo ya que el Lunes era fiesta. Luego de dos horas de viaje, paramos para tomar un bocado; con gran alivio para mí, Fr. Leslie tuvo la gentileza de ponerse al volante; continuando hasta que nos detuvimos en un sitio para almorzar. Después de la comida continuamos nuestro viaje hasta Lugo (Galicia tiene cuatro provincias: La Coruña, Orense, Pontevedra y Lugo) donde se empezaron a ver grandes cantidades de peregrinos a ambos lados de la carretera camino de Compostela. Finalmente, llegamos a Santiago de Compostela donde encontramos una gran masa de gente, coches, carros, buses, etc. Nosotros seguimos como pudimos, en este caso conduciendo yo y francamente no teníamos una idea exacta de como llegar a San Martín Pinario, habían pasado cinco años desde la última vez que estuvimos allí, teniendo una idea general del sitio pero ...,finalmente, un coche de policía pasó a nuestro lado y pude detenerlo explicándole al agente que lo conducía, y que iba solo, nuestro problema. Él se condujo con toda amabilidad y nos indicó que le siguiésemos, lo que hicimos.

Muchos de ustedes recordarán San Martín Pinario. Es un enorme monasterio que presta sus servicios como colegio para estudiantes de religión, pero que en el verano cuando se van de vacaciones, la administración lo pone a disposición de los peregrinos por intermedio de una agencia de turismo. Realmente se encuentra en frente de uno de los costados de la catedral y toda esa zona es peatonal, por tanto es prohibido pasar por allí en coche, salvo que la policía te lo permita. Al comienzo de ese sector de la ciudad las calles se encuentra cerradas por unos pivotes automáticos que sólo se bajan para dejar el paso a los coches autorizados, previa la inserción de una tarjeta especial en un sitio indicado en un poste que hay a la entrada. Cuando llegamos a ese sitio, siguiendo al coche de la policía, pasando a través de cientos de coches a ambos lados de la carretera que se dirigían a las distintas calles de alrededor. De pronto y en medio de nuestra sorpresa, apareció de entre la multitud Fr. Antonio Paris. El había aparcado su coche por allí y buscaba indicaciones sobre la dirección a seguir para llegar a su hotel, donde había hecho la reserva desde Roma y que desgraciadamente para él, se encontraba lejos de la ciudad. Delante del coche de policía había otro cuyo conductor intentaba hacer funcionar la bajada de los pivotes, por tanto en ese momento éramos tres coches, uno detrás de otro esperando pasar la barrera. El nuestro estaba interrumpiendo a medias el tráfico de una de las calles adyacentes y en medio de todo este barullo nos bajamos a saludar y abrazarnos con Fr. Antonio, haciendo una demostración típica de la fraternidad latina. Finalmente, luego de 10 o 15 minutos, los pivotes bajaron y pasó el primer coche, volviendo a subir de nuevo. Nuestro amigo el policía se bajó del suyo e introdujo su tarjeta -lo que hizo varias veces- hasta lograr que bajaran los pivotes. En ese momento partió hacia adentro y nosotros pegados a su coche pudimos pasar. Llegamos a San Martín Pinario, pero nos detuvimos antes de la entrada ya que frente a los escalones tenía lugar un pequeño concierto de banda y no quisimos interrumpirlo. Aparcando el coche, caminamos hacia las escaleras donde nos encontramos con Fr. Bill y Sor Ann MacCallum de Australia y un grupo de Hermanos y Hermanas que habían llegado antes. Minutos más tarde pude traer el coche hasta el pié de los escalones de la entrada del Monasterio, donde con la ayuda de todos pudimos descargar el coche que venía lleno hasta el techo con toda la parafernalia de las ceremonias, cajas de libros, banderas y astas, además de las maletas de cuatro personas. Fue estupendo ver tantos amigos, algunas caras nuevas y todo el mundo estaba encantado de encontrarse con todos los demás. Esa noche cenamos en San Martín Pinario, incluyendo a los que se alojaban en otros lugares.

El Viernes por la mañana, después del desayuno, nos fuimos todos en taxi hasta el Puente de San Lázaro, que es el último recodo del Camino Francés a Santiago, donde se encuentra el monumento al Caballero Templario Peregrino. Este monumento lo inauguramos en 1999 y es el único monumento templario en el mundo, fue hecho por Fr. Santiago de Santiago, famoso e internacionalmente conocido escultor, quien nos dió la agradable sorpresa de presentarse al día siguiente en la Basílica de San Francisco. Luego de bajar de los taxis, nos pusimos nuestros mantos y en frente del monumento nos tomamos distintas fotografías, en un solo grupo, luego en grupos por países, por miembros del Consejo Magistral, además de las fotos que nos sacaban los peregrinos que pasaban en ese momento por el lugar y que algunos aprovecharon para fotografiarse con “templarios de verdad”, ya que este sitio, desde su inauguración por nuestra Orden se ha convertido en un punto de peregrinación. Después de esto, caminamos guiados por el Prior de España, Fr. José Antonio Cabrera Díaz, quien nos condujo a un grupo de peregrinos no templarios que hacían el Camino de la Plata. Al llegar encontramos este grupo con una serie de carros arrastrados por burros, y a continuación la peregrinación enfiló hacia la ciudad (unos 4 kilometros), custodiada a ambos lados por Caballeros y Damas Templarios, encabezados por las banderas de la Orden y los dos Maestres, junto con el Prior de España. Delante de todos iba un coche de policía abriendo el camino. En uno de los carros, habían músicos que interpretaban música popular y en el primero llevaban una estatua de Santiago Apostol, lo que sería un interesante espectáculo de la tradición peregrina.

Después de un par de kilómetros Fr. Fernando no pudo seguir el paso de la marcha, el cual iba marcado por los burros, así es que continuó en el coche de la policía y a mi me sentaron en el asiento de atrás. Bueno, permítanme decirles que el asiento trasero del coche policial está arreglado para llevar prisioneros, por tanto los asientos no tienen cojines, las ventanas no se pueden bajar y hay una separación entre los asientos delanteros y los traseros, todo lo cual hace que el interior de esta parte trasera sea bastante incómoda y muy calurosa, pero no dejó de ser una experiencia divertida. Algunas personas tomaron fotos de Fr. Fernando en el coche policial, no se si porque pensaban que se lo llevaban preso o qué. Cuando finalmente llegamos a la Plaza del Obradoiro, tuvimos que esperar una hora para entrar a la Catedral y cuando lo hicimos descubrimos que la Misa no se llevaría a cabo dentro sino fuera, en una de las plazas detrás de la iglesia. Cuando salimos a esa plaza ya habían cientos de personas que habían cogido sitio en bancos y escalones alrededor. Ese Viernes por la tarde tuvo lugar una Asamblea Magistral donde el Canciller de la Orden, Fr. Luis Carlos de Matos leyó el informe enviado por el Auditor sobre los resultados de la Elección, donde Fr. Antonio Paris, actual Prior General de Italia, fue elegido como Maestre de la Ordo Supremus Militaris Templi Hierosolimitani Universalis. El Maestre saliente, Fr. Fernando de Toro-Garland entregó a todos los presentes su Memoria como mensaje final de sus cinco años como Jefe de la Oficina Magistral. Luego el nuevo Maestre, Fr. Antonio Paris dio su discurso explicando que él continuaría especialmente el trabajo hacia la unidad de la Orden, etc., etc.

El sábado, después del desayuno, casi todo el mundo salió a pasear por la ciudad, visitando la Catedral y haciendo compras. Todos almorzamos temprano porque habíamos quedado que a las 3 de la tarde nos juntaríamos en la entrada del monasterio, vestidos con nuestros mantos, para ir en procesión a la Basílica de San Francisco, donde tendrían lugar las ceremonias. Así lo hicimos pero desgraciadamente, por un error en la agenda de la iglesia, ésta estaba cerrada y hasta que se logró ubicar al Prior de la Iglesia, estuvimos esperando en la calle. Durante esa espera, tuvimos la muy agradable aparición de Fr. Facundo Della Torre, vestido con su manto, que venía en representación del Priorato de Argentina y del Priorato Internacional de la Comunión Templaria. Fue estupendo tener la oportunidad de conocerlo personalmente; él es hijo de nuestro querido y recordado Fr. Horacio Della Torre, antiguo Prior de Argentina y Preceptor de la Orden, así como hermano de Fr. Juan, todos ellos con quienes tuvimos la dicha de compartir días y gratos momentos hace un par de años en Italia. Ahora contábamos con la presencia de Fr. Facundo en nuestras ceremonias. Una vez que entramos a la Basílica, empezamos inmediatamente con la ceremonia de Investidura: cuatro Caballeros del Priorato de España, tres Sargentos del Priorato de Francia y una Dama del Priorato de Italia. Como se nos había acortado el tiempo con la espera de la apertura de la iglesia, también tuvimos que acortar la ceremonia misma de Investidura, no hicimos la ceremonia de los Tres Principios ni el Saludo, pero a pesar de todo las cosas salieron bastante bien. Inmediatamente después comenzó la ceremonia de Instalación del nuevo Maestre. Fr. Antonio se arrodilló enfrente de Fr. Fernando, quien le tomó el juramento de lealtad a la Orden. Luego ambos de pié, uno frente a otro, de perfil a la audiencia, el Maestre Fr. Fernando ayudado por Fr. Leslie Payne le sacaron el manto a Fr. Antonio y procedieron a imponerle la banda magistral; luego de ponerle el manto de nuevo, Fr. Fernando se sacó el Collar de la Orden y se lo impuso a Fr. Antonio; luego se sacó el anillo de su mano derecha y se lo puso en el dedo a Fr. Antonio y por último le hizo entrega de la espada ceremonial, después de todo ello ambos se fundieron en un emotivo abrazo, cuya emoción se transmitió a todos los presentes quienes aplaudieron vigorosamente. El Maestre saliente entonces se cambió de sitio, se sentó donde previamente se había sentado Fr. Antonio y éste se sentó en la silla en el centro del Altar, donde comenzado por los miembros del Consejo Magistral y luego por todos los Templarios presentes, uno por uno fueron a jurar obediencia y lealtad al nuevo Maestre poniendo sus manos juntas entre las manos de Fr. Antonio. Luego de finalizar esta emotiva ceremonia, el Maestre saliente ayudado por Fr. Leslie J. Payne se acercó al nuevo Maestre y le presentó el báculo de peregrino como símbolo del escalón final para ser completamente el Maestre de la Orden en este Año Jacobeo, luego se retiró a su asiento.

Cuando esta ceremonia terminó, se sacaron del Altar las sillas a un lado y los objetos y empezó la Misa por el Reverendo Padre José Isorna, durante la cual la mayoría de los presentes comulgaron. Al final de la Misa, todos formaron para volver en procesión a San Martín Pinario.

Debemos hacer mención de los encomiables esfuerzos hechos por nuestra Hermana de Australia, Sor Kerri Baker y nuestro Hermano Fr. Cesare Pro de Italia. Ella tuvo un accidente varios días antes de su viaje a España; ella trabaja con niños y uno de éstos saltó encima de su rodilla (tenía la pierna estirada) y la rodilla bajó hasta el otro lado, produciéndose naturalmente la rotura del hueso. Pero ella estaba determinada a venir y así lo hizo y no sólo contenta con el viaje caminó los cuatro kilómetros de marcha del viernes por la mañana, luego la espera de la apertura de la iglesia el sábado, las ceremonias, la Misa, en fin, que al final estaba totalmente imposibilitada para caminar de vuelta al Monasterio. El Hermano Cesare también tuvo un accidente que le permitía caminar distancias muy cortas ayudado por muletas, pero la mayor parte del tiempo le llevaban en silla de ruedas, la cual le prestó a Kerri para salir de la iglesia. En vista de lo cual yo salí a escape a buscar un taxi que traje hasta la puerta de la iglesia, en el que se fueron Kerri, Cesare, Paola (Escudera del Priorato de Italia e hija de Fr. Rosario Tomarchio, Bailío de Sicilia) que fue de gran ayuda a todos nosotros y Fr. Andrew Foster. Yo me volví sola caminando. Como había tiempo suficiente entre nuestra llegada al Monasterio y la cena de gala, tuvimos tiempo de cambiarnos de ropa y ponernos nuestras galas para la cena. La cena de gala, que tuvo lugar en el gran comedor del Monasterio, fue francamente excelente, no es sólo mi opinión sino que todo el mundo comentaba lo exquisito del menú y los vinos eran de muy buena calidad. Todo el mundo estaba realmente encantado conversando con todos y se veía un muy buen ambiente. El Maestre, Fr. Antonio nos dio un estupendo discurso y también el Prior de España, Fr. José Antonio se dirigió a los presentes. Luego se repartieron los Diplomas y Brevets de los nuevos Caballeros y Sargentos. Más tarde, el Priorato de Italia nos sorprendió agradablemente con un precioso collar que nos dio a la esposa del Prior, Encarnación y a mí, que consistía en la cruz templaria hecha de piedras rojas brillantes. Más tarde, después de innumerables brindis, nos retiramos todos a nuestros aposentos para descansar.

El domingo por la mañana el Priorato de España tuvo una Asamblea General Extraordinaria, donde el Prior Fr. José Antonio Cabrera Díaz presentó su renuncia como tal, presentando como candidato a Fr. José de Alberto García como su sucesor, moción que fue aprobada por unanimidad. Inmediatamente después tuvo lugar el Consejo Magistral donde Fr. Antonio procedió a leer la lista de los nuevos miembros del Consejo elegidos o re-elegidos de acuerdo a cada caso individual y donde se debatieron distintos asuntos concernientes a la nueva administración. Cuando terminó el Consejo Magistral, todos nos fuimos a nuestras habitaciones a recoger nuestras maletas y pertenencias para bajarlas a la entrada del Monasterio. Entonces Fr. Leslie y yo nos fuimos al aparcamiento público donde estaba mi coche desde el Jueves. Yo francamente me temía un ticket bastante elevado dado que el coche había estado 3 días con sus noches y cual no sería mi agradable sorpresa cuando me cobraron sólo 38 Euros, me pareció increíble!. Salimos del parking y nos fuimos al sector donde estaban los famosos pivotes para poder entrar en el sector. Yo francamente estaba dudosa de si nos permitirían pasar y llevaba en mente toda una explicación para que nos dejaran paso, pero con gran sorpresa resultó que al segundo apretón del botón del pilar, la luz roja se volvió verde y los pivotes bajaron, naturalmente que nos apresuramos a pasar. Llegamos a la entrada del Monasterio, en cuyos escalones estaban muchos de nuestros Hermanos y Hermanas, nos despedimos emocionadamente de todos, algunos a los que pasará tiempo que no volveremos a ver pero esperando que de alguna manera nos volvamos a encontrar otra vez. Salimos de Santiago y cuando estábamos cerca de Lugo paramos a almorzar. De allí continuamos nuestro camino hacia Madrid; luego de un par de horas Fr. Leslie nuevamente tuvo la gentileza de continuar conduciendo. Cuando estábamos cerca de Madrid, cambiamos nuevamente y seguí conduciendo yo, llegamos a casa sanos y salvos. El tráfico era realmente cómodo, ya que la gran vuelta se produciría al día siguiente lunes.

El martes en la mañana llevé a Janet y Leslie al aeropuerto, donde cada uno tomó su avión para volver a sus respectivos países. Esa misma tarde, Fr. Antonio tuvo una larga reunión con Fr. Fernando; esa noche salimos todos a cenar con Orietta, Rosario, Lucía y Paola. Fue el broche perfecto para terminar estos estupendos y gratificantes días de convivencia y encuentros.


                          Álbum de fotos: Año Jubilar -- Acto investidura.